Alberto Bañuelos
Mi relación con Umbral fue a través de la lectura de sus libros y de los artículos que publicaban en diferentes medios.
En ellos sentí esos comienzos difíciles de su llegada a Madrid. Su escapada tan necesaria de aquel Valladolid que IMPLOSIONARIA su mente un tanto ácrata y nihilista.
Aquellas pensiones por las que pasó arrastrando sus libros… la falta de tantas cosas…
Pero en su lucha conseguiría ganar aquel lugar que buscaba. Aquella presencia .
He disfrutado con su pasión por comunicar “su verdad” que como bien dice es siempre “la verdad de uno” y como se recreaba con aquellas palabras justas y a veces como nuevas. Supongo que también escribiría para que le quisieran…
No sé si sintió que le faltó alguna puerta por abrir, algún pasadizo que no tomó, que diría Eliot… pero a mí leerle me permitió, pararme a pensar y disfrutar de su escritura como cuando observo a un buen trabajador realizar su faena, a pesar de su dureza, con gusto y sabiduría.